domingo, 31 de enero de 2010

La llamada.




Como cada domingo, mi lento despertar, era asuzado por la necesidad que tenia mi pareja, de bajar a desayunar. Como cada día, bajaba con la miles de preguntas que me hacia para entender, porque tenia que padecer ese suplicio. Que llevaba rumbo de convertirse en una cruel rutina. Aunque yo sabia que salir a pasear cada domingo era sanisimo, lo que no me gustaba, era lo poco que podía dormir.
Mi desayuno, café con leche y una tostada con mantequilla blanca, le hacia a la camarera la vida mas fácil, pues ya ni me preguntaba. El bar esta situado junto a la desembocadura de un rió. Sobre la margen donde la fuerza del agua obligo a construir una escollera para proteger el paseo marítimo de mi urbanizacion. Nos separan solo tres metros del agua. La mesa donde siempre nos sentamos, tiene justo al frente una ventana que da al rió, y deja ver los barcos. Se si sube la marea o baja, por la dirección que adoptan los barcos, si están mirando a la izquierda, la marea esta bajando y si están al contrario lo inverso.
Justo nada mas terminar, recorremos el paseo marítimo, dirección rió arriba, son solo un kilómetro, pero ya los pies se me van calentando...
En cuanto los edificios desaparecen, vemos las arboledas de pinos inmensas, que forman el parque natural de La Algaida. Cuando hemos dejado atrás las Universidades, que están sumidas en este parque, empezamos un recorrido de casi tres kilómetros. Esta parte es una maravilla, ya se me a pasado el cabreo inicial, la naturaleza me apasiona.
No se como lo vi, o si me llamo el... pero un día observe de lejos una cosa, que me extraño. A lo lejos un majestuoso tronco de pino, presentaba una imperfección. Al acercarme, observe horrorizado que alguien hacia años, había atado un alambre alrededor del tronco. El árbol en su crecimiento estaba enguyendo el alambre, produciendole un daño demasiado cruel. Por mas que lo intente no fui capaz ese día de liberar al árbol, y volví a casa muy apenado.
Al domingo siguiente fui yo el primero en levantarse, me apresure en prepararme y recogí los alicates de corte, que tenia ya preparado desde hace días en la mesa de la entradita. Cuando llegue exhausto, pues jajaja tengo que admitir que estaba deseando, alargue la mano y zas, el alicates corto el alambre y este salto, luego lo agarre y lo retire, ya que parte, estaba ya hundida en la corteza.
Después de esto y para hacer mas amenos los recorridos, empecé a darle vueltas a la cabeza, como hay partes repobladas con pinos que no levantas un metro del suelo, y como existen aun muchos claros sin arboledad. Empecé a buscar piñas caídas y extraerles las semillas,los famosos piñones. Tengo que admitir que esto nunca lo he contado. Cuando conseguía algunos, y con la ayuda de un palito, iba enterrando todas y cada una de dichas semillas. Por supuesto este echo, no se ¿por que?, lo hacia, cuando nadie paseaba cerca. Mi pareja tengo que admitir que se cabreaba cada vez que paraba la marcha, para sembrar algún piñón. El camino esta echo de tierra muy comprimida y un poco elevado, para facilitar la marcha en invierno. Con lo que punzaba el palo justo a varios metros del camino. Cada día que paseaba, observaba el lugar donde creía recordar que plante uno. Debo admitir que nunca llegue a observar uno, no se si el retoño de pino, era una delicia para los habituales conejos, que no dejarían pasar la oportunidad, lo cierto es que algo debía de ocurrir. Después de este intento al año siguiente, se me ocurrió la idea, de recoger los piñones y llevarlos a casa. Cada día quería comerme una gelatina, era el envase ideal para sembrar muchas semillas en poco espacio, acomode la primera vez, dos piñones en cada envase , aproximadamente unas diez, y ¡sorpresa !, no podía creerlo al poco tiempo, muy poco, observe una cosa que aun hoy me emociona. Vi como la tierra levantada dejaba observar unas espigas verdes, y la cascara del piñón. Este echo documentado fotográficamente durante días, fue mi único pasatiempo. Cometí el error de no seguir plantando, ignoraba aun que la planta adquiere un tamaño adecuado unos 20 centímetros al cabo de dos años. Claro esta que no lo sabia. La primera plantación, no espere nada, nada mas a dos meses de la floración, los sembré. Me da vergüenza admitir que lo hacia a escondida, no quería que me tildasen de loco. Los plantones no duraron al domingo siguiente. Este echo me fastidio mucho. Volví a sembrar una segunda remesa. Estos si los deje mas de un año, la planta débil del inicio, se convertía en una vara muy dura y aspera al cabo de un año.
De los 8 que mantuve ese tiempo, solo me dio tiempo de sembrar 6.
Un día a mi pareja se le acabo el amor y este echo obligo a abadonar no solo mi casa, sino los paseos, y muchos sueños en los que estaba embarcados. Dos plantones me acompañaron, plantones que regale a mi hermano, y que debí sembrar, pues se que no sobrevivieron.

Aun recuerdo estos hechos como si fuesen ayer, y hace ya tres años. No he vuelto a ir a ver, si algún retoño sobrevivio..... Pero lo que si se, es que ese día, ese árbol me eligió a mi, de alguna manera me llamo para que lo liberara, lo hice y estoy muy feliz de haber tenido esa suerte.




Nota: nadie dijo que no se pudiese escribir sobre una persona normal, jejeje, a veces las cosas que hacemos y vivimos también son dignas de perdurar en la historia. No hay que ser famoso, ni un genio, ni un rey para que uno pueda divertirse.
Foto tomada por Antonio.D.V.

sábado, 30 de enero de 2010

La trinchera.



Frente occidental, en algún lugar entre Francia y Alemania, finales de

1916.




Apenas recuerdo que día es hoy, creo que es sábado, pues nos han

repartido migas de pan y caldo. Hacía tres días que no comíamos.
Hace dos semanas aproximadamente que llegue. Cuando llegue, me

sorprendió ver un carta envuelta en plástico, justo donde ahora tengo

mi sitio, cada soldado, escribe una carta justo el día antes, de ser

ordenado atacar las líneas enemigas. Sé que estoy sentenciado, es

inevitable que llore cada noche. Lo que he visto en estos días, ha acabado con la

poca humanidad que me quedaba. Hoy el día esta como el día en que

llegue, eso ha propiciado que estemos aquí tanto tiempo. La lluvia inunda

de agua y barro el foso. No recuerdo lo que es estar seco, ni el calor del

sol. Dormimos todos juntos, lo mas pegado posible. Cada mañana,

observamos que muere alguien. El frió es tan intenso de noche, que

muchos mueren sumidos en un letargo, que me da miedo. Cada mañana

hacemos un hueco en la pared del foso, e intentamos tapar los cuerpos

de los compañeros muertos. Es duro, pues cada día las paredes se

desmoronan por las lluvias torrenciales, y los cuerpos vuelven a aparecer

inundando nuestras mentes de atroces imágenes de cuerpos hechos

jirones. Aunque tenemos un pequeño paso hacia atrás que conduce a un

hoyo que hemos habilitado como letrina, muy pocos la usan. Es muy

peligroso moverse, con lo que el hedor es insoportable. Pero lo hacemos

para disimular el olor a muerte que se respira, lo preferimos. Cada

guardia, la paso mirando por el prismático de trinchera, solo veo muerte.

Cada explosión cercana ya no me sobresalta, a veces esperamos a ver

que devuelve la explosión a la trinchera. Es duro ver partes destrozadas

de tus compañeros muertos caer de nuevo sobre nosotros.

Cuando miro, por la mañana, cuando nada se mueve y mucho menos el enemigo.

Veo como los perros salvajes devoran a los cientos de soldados que no

consiguieron ni avanzar veinte metros, en el último ataque.
Algunas veces hemos presenciado cómo alguien perdía la cabeza,

debido a la presión y se lanzaba desesperado fuera de la trinchera. Eso

solo significaba dos cosas, si los tiradores enemigos no lo abatían,

lo hacían los nuestros. Desertar, se paga con la vida.
Mañana será un buen día, seguramente dejara de llover, y en cuanto el

terreno no sea un lodazal, nos lanzaran a un ataque suicida. Enfermos,

hambrientos, asustados, infestados de pulgas y piojos, mordidos por las

ratas, con pies destrozados por la humedad, el frio y muchos con

miembros gangrenados, hará que nadie consiga avanzar ni veinte metros.

Pero algo si conseguiremos, la oportunidad de librarnos de este infierno

y recobrar un poco de la humanidad que esta maldita guerra nos quito.




Soldado Walter Hutchin.





NOTA: He intentado resumir un poco las calamidades que pudieron sufrir los soldados de ambos bandos. Esta historia está inspirada en hechos reales. En una sola jornada de la batalla de Somme, que bien podía ser parecida a esta, murieron más de 62.000 soldados, solo en este
frente de batalla y en un día.

jueves, 28 de enero de 2010

El sueño.


Esta bella historia transcurre durante un pequeño, pero intenso periodo de tiempo. Ellos se conocen durante un recorrido a no se sabe dónde, un camino estrecho y muy largo, una pequeña línea que atraviesa el mar, el camino es azotado constantemente por la olas, el viento y la lluvia. El caminar es casi imposible, pero es atravesado por muchísimas personas, su caminar lento y errático, crea la sensación de ser una tétrica procesión.
El caminar de él es tranquilo, no tiene prisa. El de ella un poco más atrás, es nervioso. El escucha una voz y se gira, entonces ve su mano extendida, ella le pide ayuda y él le tiende su mano. El rubor inicial de él y la sorpresa, pronto desaparece, y se convierte en una sensación placentera. Ellos no se hablan, se limitan a caminar durante horas, no hace falta palabras, ambos reciben lo que necesitan a través del tacto de sus manos. Ella la fuerza y la protección que él le proporciona, El, la compañía y la sensación de sentirse útil. Durante días hacen el mismo recorrido, ninguno sabe donde empieza o acaba el del otro, pero lo recorren incansable, a pesar de la fuerza del viento y la lluvia, que lo hace muy tortuoso. El un día, decide averiguar a donde se dirige su acompañante, impulsado por una extraña fuerza, la sigue durante horas. Por fin el camino se acaba de repente. Ahora está en una sala de espera de hospital, mira nerviosos alrededor, busca desesperadamente, hay demasiada gente. Por fin logra verla, esa vestida con un pequeño pijama azul, está acompañada de varias personas, que por sus ropas parecen ser médicos. El grita desesperadamente, pero el cristal impide que ella la oiga. Golpea el cristal con fuerza y grita, a la vez que llora desconsolado. Ella de pronto le presiente, y mira a su alrededor, al verlo, solo levanta el brazo un poco, mientras las personas que están con ellas la introducen por unas puertas. Ya no se volverán a ver, el agachado en un pasillo, llora durante horas desconsolado, solo una presencia lo saca de su dolor, ante sí una mujer le habla, le cuenta que ella a muerto, que ha sido imposible hacer nada por ella. Le cuenta como dio su vida a cambio de traer al mundo al hijo que llevaba en su interior, el sin saber siquiera que estaba embarazada, escucha atento lo que aquella extraña mujer le cuenta, mientras otra mujer se acerca sonriente, con un bebe en brazos, el llanto del pequeño lo deja perplejo, sin saber cómo, se lo dejan en sus brazos. El pregunta porque le han dado a él, el bebe. La mujer contesta que han seguido el deseo de ella. Además le entregan una carta.
La carta decía así: cuida de él, como lo hiciste de mi, guíalo, como lo hiciste conmigo, protégelo y quiérelo tanto como me quisiste a mí, y no te preguntes ¿por qué te elegí?...., pues no existe nadie mejor que tu.

Nota:
Lo bonito de soñar, es poder recordar el sueño justo el tiempo necesario para poder anotarlo, cuando el sueño a sido tan intenso como para recordarlo, y conseguimos escribirlo, esto queda grabado ya para siempre en nuestra memoria.
El soñador que además de soñar, disfruta compartiendo sus sueños, lograra vencer ese miedo que tenemos a compartirlos, cuando comparto mis sueños con las personas que me rodean, pocas veces recibo la atención, que por ejemplo yo daría si fuese a la inversa. Soñar es una maravilla de las que disfrutamos en nuestra vida, es una pena que nos avergoncemos de algo que nos produce tanto placer. Aquí tenéis uno de esos sueños que anote en mi libreta, libreta que siempre me acompaña por las noches.

miércoles, 27 de enero de 2010

El vuelo de la estrella.


Esta historia trata de un bonita estrella, una estrella de intenso brillo

que surca todas las noches el cielo.
En nuestro pequeño pueblo, este acontecimiento diario, era el orgullo

de sus conciudadanos. Cada noche, si el clima lo permitían, todos se

reunían en la plaza central y durante algunas horas, admiraban el bello

vuelo de la bonita estrella. Era tan bonito el espectáculo, que pocos

podían resistir la necesidad de acompañar a la estrella en su caminar

nocturno. Esto ocurría durante años, los padres, los abuelos, incluso

los tatarabuelos, no eran capaz de recordar, cuándo empezó este hecho, o

si algún día se terminaría. Lo único evidente es que la estrella,

despertaba en quien la observaba una bella sensación de paz y sosiego…

Cosa que los vecinos disfrutaban a diario.
Un día un joven pastor, fue enviado al pueblo más cercano a llevar varias

ovejas para venderlas en el mercado. El joven que no era demasiado

avispado, no solo no se perdió, sino que llego tardísimo al

mercado,..Como el pueblo se encontraba a un día de camino, y siendo

tan joven, le invitaron a pasar la noche en casa del párroco vecino. El

joven descubrió atónito, como esa misma noche, esos mismos vecinos

suyos, admiraban con la misma devoción el paso de su estrella.
Al día siguiente el joven llego jadeante a su pueblo, entro en casa del

alcalde y le relato los hechos, de los que él había sido testigo. El alcalde

indignado por el hecho, y enfureció monto en cólera, maldecía a sus

vecinos, a los cuales creía capaz de apoderarse de su bella estrella. ¿

Que seria de su pueblo si desapareciese?
Así que todos reunidos y después de escuchar varias ideas, se tomo la

primera decisión, esa misma noche, todos y cada uno de los vecinos,

traerían sus mejores manjares, sus mejores joyas y sus mejores telas. Y

serian ofrecidos a la estrella, con la idea de que no avanzara más y

prefiriese quedarse en el cielo del pueblo...
Por supuesto no funciono, y la estrella avanzo como cada noche. Los

vecinos apenados, pensaron toda la noche. Y decidieron que la siguiente

noche, se apagarían todas, sin excepción cada una de las luces del

pueblo, cada fuego, cada antorcha, cada brillo que pudiese orientar a la

estrella a seguir su camino. Incluso se bateo el río para que el agua se

enturbiase, y rebajase el brillo de la luna. Pero tampoco resulto.
Cansados y desesperados, decidieron capturarla.
¿Como lo harían?
Se pidió que cada vecino trajera todas las cañas que pudiesen recoger,

toda la cuerda que pudiesen hilar y toda la red que pudiesen tejer... y así

una noche se levantó la mayor red creada en la historia del hombre.

Cientos de personas aguantaban la estructura, con gran esfuerzo y

ilusión, permanecieron durante horas, pero como fue evidente la estrella

paso de largo y claro está, esto fue un duro golpe para todos los vecinos

de aquel pequeño pueblo. No creáis que no volvieron a intentarlo, y

siempre el resultado fue el mismo... algún día comprenderían que esa

bella estrella no fue creada solo para la admiración de unos pocos. Fue

creada tan bella y brillante para que cualquiera, estuviese donde

estuviese, pudiese admirarla.

(Escrito para Marta, con todo el cariño del mundo por el apoyo y el

empujón que hizo que por ejemplo esto se escribiese, gracias y tu eres

esta estrella Marta)

La mentira.


Mentira:
según el diccionario de la lengua española una mentira es: Expresión o

manifestación contraria a lo que se sabe, se cree o se piensa. y tendrán

razón claro está. Lo que pasa es que desde pequeño, me enseñaron que

mentir era malo, algo sucio, algo que solo los tramposos ,los malos en

general lo hacían,, y claro esta como niños , todos intentamos evitar

mentir.
Tus padres, son los primeros es enseñarte, lo malo que es mentir, los

profesores acaban el trabajo… todo está pensado para ello. Si mientes te

castigan, si mientes no cenas, si mientes no sales al parque, es tanta la

presión, que evidentemente no mentimos.
Luego un día, siendo yo un niño de apenas 9 años, me encontraba un

verano, en casa de un familiar. Mientras jugaba con mis primos y mientras

conversaban los mayores, presencié una cosa,

que me haría pensar toda la vida. Mientras mi tía, conversaba

alegremente con mi madre y unas amigas, mi primo, interrumpió a su

madre para reclamarle algo, todos escucharon lo que ese pequeño

primo mío dijo. Yo no recuerdo bien lo que dijo, pero lo que si se, es

que mi primo, solo le dijo: mama lo que dices es mentira, tu no.... y así

argumento frente a los adulto algo, que evidentemente mi tía ocultaba,

mintiendo al respecto... no sé como termino ni como reaccionaron mi

madre y las amigas. Lo que me marco, fue que después de haberse ido las

visitas, mi tía, le contó a mi tío, como el niño le puso en evidencia... solo

recuerdo a mi tío, dándole un bofetón a un chiquillo de once años, que

supongo, le dolió mas por el hecho de no saber cuál era el motivo, que por

el bofetón en sí. Yo apenas le di importancia, los niños juegan, se pelean y

lloran con total normalidad, solo años después, empecé a cuestionar

este hecho.
Si nos enseñan a no mentir, ¿por qué, los que nos enseñan, mienten?.
Por que mienten en el trabajo si llegan tarde , en el medico si no hicimos el

tratamiento, al profesor y ese día que no nos llevaron por que no podían acercarnos, a la novia si

salimos con amigos, al vecino por nuestras vacaciones , y en general en

casi todo,
¿y si se termina uniendo todo? y queda… solo la mentira
Durante tiempo, bastante tiempo he observado a los que me han

rodeado, padres, amigos, profesores, novias, clientes… y gente en

general... a veces creía que la gente simplemente mentían por afición, a

veces otras personas mienten por creerse inferiores, por celos, por

rencor, por ocultar hechos vergonzosos, irresponsables, delictivos y un

sinfín de razones.
Yo creía que la única razón evidente para mentir, era la de no hacer

daño. Me preguntaba, y pongo por ejemplo situaciones más recientes, si

a mi compañero torpe, le debía ocultar ese hecho. A mi compañera de

trabajo, mentir cuando le decía que sus zapatos rojos le quedaban bien.

O si había olvidado pedirle a un cliente algo, ocultarlo y poner una

excusa para no decirle la verdad.
Al final he llegado a la conclusión, de que mentimos para que no, nos

juzguen, para no pagar los platos rotos, para no admitir que fuimos

ruin, desagradable, irresponsable, infiel o cualquier cosa. Tememos tanto

que nos juzguen y nos condenen, que mentimos.
Pero cuando mentimos, no engañamos a la otra persona, solo nos

engañamos a nosotros mismos, pues cuando ya hemos mentido, es

porque ya nosotros mismos, nos hemos juzgado, sentenciado y

condenado culpable.

martes, 26 de enero de 2010

Los sueños...


Hola, soy un sueño:

Y os voy a contar mi historia. Nosotros los sueños nacemos del deseo de una o varias personas. Si nacemos es porque se han puesto en nosotros, todo lo que una persona puede sentir , sus miedos, sus deseos, sus esperanzas , sus ilusiones, sus fracasos , sus frustraciones, así como sus alegrías, y todo lo que se puede aporta a una nueva empresa. Cuando ya hemos sido creados, debemos crecer como sueños, debemos hacernos grandes, alimentarnos de esas energías que nos mandan quien nos creo, son pequeños rayos veloces que atraviesan cualquier obstáculo, sin importar que barreras o distancias nos separan, esos rayos nos dan el calor que necesitamos para avanzar, así como la energía para crecer, sin ellos quedaríamos olvidados e incompletos. El lugar donde se depositan estos sueños, suele ser el interior de cada uno, pues es tanto el valor que se nos da, que todos tememos perderlo. Pero otras veces, nos vemos obligado a poner ese sueño en manos de otros, y eso no suele dar consuelo al soñador. En estos casos los pequeños rayos de energía se hacen mucho más necesarios, con lo que al sueño, se le da más valor.
Yo como sueño ya se bastante, solo quería que vosotros lo supieseis. Y tengo un mensaje para ti:

No dejes de soñar en mí, pues eres tú quien me dará la vida, pronto nuestro sueño se hará realidad, hasta entonces mándame muchos rayitos mama, te quiero.

(Esto lo escribí para animar a mi compañera de trabajo Pepa, en su interminable lucha de la adopción)

La planta.




Un día, un hombre azotado por la pérdida de su mujer, y embargado por la tristeza de no haber tenido hijos. Se hundió en una terrible depresión. Sus penas, conmovió a un hada que se apiado de él. El hada le pregunto cuál era el motivo de su pena. Él le contó que había perdido a su mujer, a la que amaba con locura, y su sueño de tener un hijo, desapareció el mismo día que ella murió. El hada conmovida por la triste historia le dijo al hombre que ella como hada no podía darle lo que pedía, pero le regalo una planta, llamada mandrágora, cuya forma se asemeja mucho a un niño. El hombre recibió el regalo, con agrado. Durante días llevo a la planta al pueblo, la presento a sus vecinos, le compro ropa y todo lo que pudiese necesitar, le enseño su hogar y los alrededores. Durante días el hombre se dedico por completo a cuidar de lo para el ya era su hijo. Un día el hombre, pregunto al párroco de su pueblo si podrían bautizar a su hijo, Juan se llamaría. El párroco sorprendido por lo inusual de la proposición y para rehuir herir al hombre, le comunico que le daría la respuesta en breve. En el pueblo, todos pensaban que el hombre, llevado por la locura de la perdida de la mujer, se había embarcado en una locura que ellos debían atajar. Decidieron entrar por la noche, y robar la planta, y así lo hicieron. El hombre al percatarse de la desaparición de su hijo, pronto empezó a buscarlo por los alrededores mientras gritaba su nombre, recorrió todo el pueblo. Sus vecinos tentados estuvieron de devolverle la planta. Pero era tal sus creencias de que hacían el bien, que para evitar tentaciones, decidieron deshacerse de la planta, y decidieron echarla al fuego. Ante las miradas atónitas de los allí presente, la planta no solo no ardió, sino, que empezó a emitir un ruido, parecido al chillido de una persona. Asustados, decidieron, deshacerse de la extraña planta en el río, la planta no solo no se hundía, sino que la corriente no parecía afectarla, quedaba constantemente barrada en la orilla. Preocupados, decidieron cortarla en pedazos, pero el primer corte solo provoco, que un chorro de liquido rojo, similar al jugo de la remolacha, asustara más aun a los vecinos. Asustados y creyendo haber cometido un grave error, decidieron enterrar la planta en un lugar lejano. El hombre mientras no ceso, en su búsqueda, miro en todos los rincones, pregunto a todos, recorrió todos los caminos, miro en todos los campos, incluso visito los pueblos de los alrededores. Era tal la pena y el dolor, que embargaba al hombre mientras recorría una y otra vez el pueblo, que los vecinos empezaron a sentirse tan avergonzados del hecho, que ninguno jamás admitirían la crueldad del acto que llevaron a cabo contra aquel pobre hombre. Fue la pena y el dolor lo que izo que el hombre muriese. Sus vecinos cargarían por vida, con el remordimiento de su cruel acto.

Pase lo que pase, no somos nadie para juzgar a los demás, todos tenemos derecho a ser feliz, como decidamos serlo. El mundo no siempre lo vemos, tal y como es.

El jardín.



Poco después de crearse la tierra y para que todos pudiesen admirar todas las bellezas creadas, se creó un bello jardín, el cual albergaría una sola unidad de cada maravilla creada. En él, se podía admirar la montaña más alta, el valle más verde, el río más largo, la cascada más alta, los animales más exótico, los más bellos, las plantas más bellas, y todas aquellas maravillas que se pudiesen imaginar. Todos los seres humanos que poblaban la tierra quisieron ir a admirar aquellas maravillas que de otra forma, nunca verían juntas. Pronto se percataron, que colgados de una rama de un bello árbol, colgaban dos frutos hermosísimos, idénticos y bellos hasta la saciedad. Ambos se convirtieron pronto en la máxima atracción del jardín. Debido al éxito y expectación levantados por los frutos, pronto uno de ellos empezó a tener celos de su igual, y decidió ir a ver al máximo responsable del jardín. El fruto pidió que se le concediera la oportunidad de ser único al igual que todas las demás maravillas dentro del hermoso jardín, el Señor después de deliberar un poco, le contesto que no podía ser, seguirían compartiendo el jardín. Así que el público admiraría la belleza de aquellos dos frutos por siempre, como una única maravilla. El fruto sin poder hacer nada mas, volvió a su lugar, eso sí, muy contrariado. Al poco tiempo y embargado ya por una envidia que le corroía, espero que su igual se durmiera, para hablar con el árbol que los sujetaba. ¡Querido árbol! como sabes tú belleza se está poniendo en tela de juicio debido a que eres el único ser, que presenta una variedad tan horrenda, como es tener dos frutos iguales en tus ramas, contra diciendo todas las reglas, que rigen este jardín. El árbol, mientras escuchaba al fruto, le dijo al poco, fruto: no te has dado cuenta de que todas las personas que vienen a admiraros es porque sois únicos, juntos hacéis una pareja muy hermosa, de hecho si no se hubiese dado tal caso, posible mente pasaríais desapercibidos a muchas miradas. El fruto indignado por las palabras del árbol, decidió desistir de momento.
Después de tratar sin éxito de librarse de su pareja, y encolerizado al máximo, empujo al otro fruto desde lo más alto del árbol, el fruto se estrello contra el suelo y se partió en dos. Por fin se vio libre del peso de la envidia, pero despertó a su alrededor otros sentimientos, el de rechazo y desprecio, pronto comprendió, que su destino ahora sería otro, antes admirado, ahora sería castigado por su ofensa.
Y esa es la razón de que exista el limón y la naranja, el limón ácido, de piel y forma desigual, nos recuerda a la maldad del ser humano, mientras que la naranja, con su piel y forma perfecta, acompañado de su dulce sabor, nos recuerda a las personas de bellos sentimientos.
Muchos han cuestionado la veracidad de este cuento..... Pero yo digo que, por si acaso, ¡se naranja! ......jejeje

domingo, 24 de enero de 2010

La pequeña estrella que cayo del cielo.




Una noche de verano, una pequeña estrella cayó del cielo. Perdida y abandonada por sus hermanas mayores más luminosas, deambulo por nuestro cielo en un vano intento por encontrar su sitio. Desorientada y desconsolada, se dejó caer al suelo, aterrizó en un pequeño jardín, y, exhausta, durmió durante días.
A los tres días despertó. Una bella flor que la observaba atentamente, le pregunto: ¿por qué caíste en mi bello jardín? Ella le conto cómo, rechazada por sus hermanas y perdida, terminó en el jardín. La bella flor sonrío, y le dijo que su jardín sólo había sido concebido para albergar a las plantas más bonitas y exóticas del planeta, por lo que invitó a la pequeña estrella a que abandonara su jardín. La estrella le contestó: “bella flor, si he sido creada para brillar en el cielo, ¿cómo es posible que no se me permita brillar aquí?” A lo que la flor dijo: si abandonada por tus hermanas fuiste, es porque tu brillo no es digno del privilegio de estar entre las mejores. La pequeña estrella, herida por las palabras de la flor, abandonó el jardín mientras las flores burlonas y arrogantes la increpaban. Y la pequeña estrella, pérdida y casi sin brillo, quedó tendida en un prado.
Pasaron varios días y la estrella se apagó por completo. Cuatro gansos que inquietos
revoloteaban de aquí para allá, molestaban a la pequeña estrella sin percatarse de su presencia, pues su aspecto era ya más parecido al de un pedrusco. Ella pregunto a los gansos: “¿Por qué me molestáis?, ¿cuál es la razón de que no me dejéis morir en paz?” Y ellos le contaron que llevaban muchos días perdidos, y que cientos de aves en sus migraciones habían perdido de vista la pequeña Estrella Polar, esa pequeña estrella de débil brillo, debido a su lejanía, que tenía la peculiaridad de ser la única estrella del firmamento que no se movía. Y que sin ella ningún animal nocturno encontraría jamás su hogar. Fue entonces cuando la pequeña estrella comprendió cual era su lugar, y voló de nuevo al lugar que le correspondía. Desde ese momento podemos verla inmóvil en nuestro cielo.
Como castigo, cada noche cada bella flor debe cerrarse para ocultar su belleza frente a la verdadera belleza interior de nuestra estrella.
Y lo más importante es que nunca sabremos lo importante que podemos llegar a ser para otras personas...



NOTA: Esta historia la escribí para mí querida amiga Susana, para que se viese reflejada en esta pequeña estrella, y se animase (01.03.09)

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Puerto Real, Cadiz, Spain