martes, 26 de enero de 2010

El jardín.



Poco después de crearse la tierra y para que todos pudiesen admirar todas las bellezas creadas, se creó un bello jardín, el cual albergaría una sola unidad de cada maravilla creada. En él, se podía admirar la montaña más alta, el valle más verde, el río más largo, la cascada más alta, los animales más exótico, los más bellos, las plantas más bellas, y todas aquellas maravillas que se pudiesen imaginar. Todos los seres humanos que poblaban la tierra quisieron ir a admirar aquellas maravillas que de otra forma, nunca verían juntas. Pronto se percataron, que colgados de una rama de un bello árbol, colgaban dos frutos hermosísimos, idénticos y bellos hasta la saciedad. Ambos se convirtieron pronto en la máxima atracción del jardín. Debido al éxito y expectación levantados por los frutos, pronto uno de ellos empezó a tener celos de su igual, y decidió ir a ver al máximo responsable del jardín. El fruto pidió que se le concediera la oportunidad de ser único al igual que todas las demás maravillas dentro del hermoso jardín, el Señor después de deliberar un poco, le contesto que no podía ser, seguirían compartiendo el jardín. Así que el público admiraría la belleza de aquellos dos frutos por siempre, como una única maravilla. El fruto sin poder hacer nada mas, volvió a su lugar, eso sí, muy contrariado. Al poco tiempo y embargado ya por una envidia que le corroía, espero que su igual se durmiera, para hablar con el árbol que los sujetaba. ¡Querido árbol! como sabes tú belleza se está poniendo en tela de juicio debido a que eres el único ser, que presenta una variedad tan horrenda, como es tener dos frutos iguales en tus ramas, contra diciendo todas las reglas, que rigen este jardín. El árbol, mientras escuchaba al fruto, le dijo al poco, fruto: no te has dado cuenta de que todas las personas que vienen a admiraros es porque sois únicos, juntos hacéis una pareja muy hermosa, de hecho si no se hubiese dado tal caso, posible mente pasaríais desapercibidos a muchas miradas. El fruto indignado por las palabras del árbol, decidió desistir de momento.
Después de tratar sin éxito de librarse de su pareja, y encolerizado al máximo, empujo al otro fruto desde lo más alto del árbol, el fruto se estrello contra el suelo y se partió en dos. Por fin se vio libre del peso de la envidia, pero despertó a su alrededor otros sentimientos, el de rechazo y desprecio, pronto comprendió, que su destino ahora sería otro, antes admirado, ahora sería castigado por su ofensa.
Y esa es la razón de que exista el limón y la naranja, el limón ácido, de piel y forma desigual, nos recuerda a la maldad del ser humano, mientras que la naranja, con su piel y forma perfecta, acompañado de su dulce sabor, nos recuerda a las personas de bellos sentimientos.
Muchos han cuestionado la veracidad de este cuento..... Pero yo digo que, por si acaso, ¡se naranja! ......jejeje

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