jueves, 28 de enero de 2010

El sueño.


Esta bella historia transcurre durante un pequeño, pero intenso periodo de tiempo. Ellos se conocen durante un recorrido a no se sabe dónde, un camino estrecho y muy largo, una pequeña línea que atraviesa el mar, el camino es azotado constantemente por la olas, el viento y la lluvia. El caminar es casi imposible, pero es atravesado por muchísimas personas, su caminar lento y errático, crea la sensación de ser una tétrica procesión.
El caminar de él es tranquilo, no tiene prisa. El de ella un poco más atrás, es nervioso. El escucha una voz y se gira, entonces ve su mano extendida, ella le pide ayuda y él le tiende su mano. El rubor inicial de él y la sorpresa, pronto desaparece, y se convierte en una sensación placentera. Ellos no se hablan, se limitan a caminar durante horas, no hace falta palabras, ambos reciben lo que necesitan a través del tacto de sus manos. Ella la fuerza y la protección que él le proporciona, El, la compañía y la sensación de sentirse útil. Durante días hacen el mismo recorrido, ninguno sabe donde empieza o acaba el del otro, pero lo recorren incansable, a pesar de la fuerza del viento y la lluvia, que lo hace muy tortuoso. El un día, decide averiguar a donde se dirige su acompañante, impulsado por una extraña fuerza, la sigue durante horas. Por fin el camino se acaba de repente. Ahora está en una sala de espera de hospital, mira nerviosos alrededor, busca desesperadamente, hay demasiada gente. Por fin logra verla, esa vestida con un pequeño pijama azul, está acompañada de varias personas, que por sus ropas parecen ser médicos. El grita desesperadamente, pero el cristal impide que ella la oiga. Golpea el cristal con fuerza y grita, a la vez que llora desconsolado. Ella de pronto le presiente, y mira a su alrededor, al verlo, solo levanta el brazo un poco, mientras las personas que están con ellas la introducen por unas puertas. Ya no se volverán a ver, el agachado en un pasillo, llora durante horas desconsolado, solo una presencia lo saca de su dolor, ante sí una mujer le habla, le cuenta que ella a muerto, que ha sido imposible hacer nada por ella. Le cuenta como dio su vida a cambio de traer al mundo al hijo que llevaba en su interior, el sin saber siquiera que estaba embarazada, escucha atento lo que aquella extraña mujer le cuenta, mientras otra mujer se acerca sonriente, con un bebe en brazos, el llanto del pequeño lo deja perplejo, sin saber cómo, se lo dejan en sus brazos. El pregunta porque le han dado a él, el bebe. La mujer contesta que han seguido el deseo de ella. Además le entregan una carta.
La carta decía así: cuida de él, como lo hiciste de mi, guíalo, como lo hiciste conmigo, protégelo y quiérelo tanto como me quisiste a mí, y no te preguntes ¿por qué te elegí?...., pues no existe nadie mejor que tu.

Nota:
Lo bonito de soñar, es poder recordar el sueño justo el tiempo necesario para poder anotarlo, cuando el sueño a sido tan intenso como para recordarlo, y conseguimos escribirlo, esto queda grabado ya para siempre en nuestra memoria.
El soñador que además de soñar, disfruta compartiendo sus sueños, lograra vencer ese miedo que tenemos a compartirlos, cuando comparto mis sueños con las personas que me rodean, pocas veces recibo la atención, que por ejemplo yo daría si fuese a la inversa. Soñar es una maravilla de las que disfrutamos en nuestra vida, es una pena que nos avergoncemos de algo que nos produce tanto placer. Aquí tenéis uno de esos sueños que anote en mi libreta, libreta que siempre me acompaña por las noches.

2 comentarios:

  1. Pues sí que es una buena historia. Triste pero bella a su vez y muy conmovedora.
    Espero que sigas anotando con tanto acierto esos sueños que tienes, un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. valla sueño !!!!!! sera que añora ser padre?

    ResponderEliminar

Datos personales

Mi foto
Puerto Real, Cadiz, Spain