Amores, caprichos y demás antojos.

Mientras la miro pienso que igual no ha sido tan buena idea la de quedar por fin.

¡Llevo enamorado de ella tantos años…!

He soñado cada noche con besarla una y otra vez, con rozar su pelo y su piel, notar su suave y cálido tacto. He soñado con notar su aroma e impregnarme de su perfume a azahar cada mañana…
y ahora que la tengo delante de mí… no puedo decidir si es amor o capricho lo que me impulsaba a quererla.

Lleva diez minutos hablando y prácticamente no he escuchado nada de lo que ha dicho… mis manos sudorosas se mueven con espasmos inquietos de dentro a fuera de mis bolsillos… mi cuerpo refleja un malestar que parece recorrer cada centímetro de mi piel como una serpiente… mi mente se debate en ¿por qué no me atrevo ahora a afrontar el hecho de que me pueda querer?… ¿cómo besarla?, no me atrevo ni quisiera a tocar su mano… ¿cómo podría besarla y amarla como soñé hacerlo?…

Ahora que la tengo delante mi cuerpo rechaza el hecho de que me pueda querer…
¿Existe la posibilidad de que el amor realmente surja con el tiempo?… yo creo que más que crecer… ¡decrece…!
Solo los amores verdaderos perduran en el tiempo, esos que surgen en un minuto… ese que tu cuerpo te dice ¡es ella! justo cinco minutos después de haberla conocido.

Yo la ame desde el mismo instante en que la vi. Cuando hablaba con ella mi cuerpo no reaccionaba a ningún estimulo exterior… ¡mil bombas que cayesen a mi lado! no me hubiesen sobresaltado más de lo que hizo nuestro primer beso.
Lástima que esta sensación solo se pueda tener una vez en la vida… y digo esto porque nunca pude repetirlo incluso habiéndolo intentado… la oportunidad solo surge una vez en la vida, porque nadie nunca podrá ensombrecer el primer amor, ¡nadie! Y por eso hace casi imposible que esto vuelva a ocurrir.

Así que temo que más que amor, ella siente cariño hacia mí, esa idea me atormenta de tal manera que mi cuerpo siente revulsión hacia ello. Me atormenta que ella no sintiera ese burbujeo por mí como yo siempre sentí por ella, esa sensación de estar con la única persona que importa en el mundo… Y ella esto lo vivió con otro que no fui yo.

Me temo que el amor se divirtió conmigo muy cruelmente… al menos su recuerdo nunca me abandonará… mi vida sin su recuerdo sería imposible…
¡Debo despedirme de ella!, prácticamente no entenderá nada de lo que le diga… pero es lo mejor para los dos.


Solo le pido a Dios que me de la fuerza suficiente para intentar amar a alguien de nuevo otra vez… y de que nunca, ¡nunca! Me pregunten…


¿de quien realmente vivo enamorado?.