jueves, 28 de octubre de 2010

El bebe del árbol.


La mujer corría todo lo que podía a través del bosque, el dolor que le ocasionaba las ramas al golpear su rostro apenas la retrasaban, las lagrimas ahora se mezclaban con la abundante sangre que brotaban de sus arañazos… en un momento cayo, y rodo pendiente abajo… perdiendo al bebé que transportaba. El bebé que empezó a llorar desconsoladamente, no podía dejar de llorar, su madre asustada no sabía cómo hacerlo callar… si las descubrían sería el fin para las dos. Después de recogerla e inspeccionar un poco el terreno, decidió continuar rio abajo…
Cada vez se oían mas cerca sus perseguidores, perros furiosos ladraban sin control… la mujer con lagrimas en los ojos y en el corazón, decidió abandonar al bebé en un hueco al pie de un gran árbol… al menos si se separaban habría alguna oportunidad de que el bebé sobreviviera… solo necesitaba algo de suerte… suerte que ella ya no tenía… y así abandono al bebé… y continuo su marcha lo más lejos posible para alejarlos de su él…
Solo pasaron unas horas para que en aquella porción de bosque un silencio natural volviera a instalarse… los ladridos de los perros habían desaparecido en la lejanía, y pájaros y demás animales recuperaron la tranquilidad robada. Pero que era aquello que se movía en el hueco del árbol viejo… varios animales se acercaron curiosos, pero con el primer llanto del bebe salieron espantados… un crujido, luego otro y una rama de árbol. Empezó a moverse…
El espíritu del bosque hablo…
- ¿Qué cosa tenemos aquí?
Un búho que observaba desde una rama dijo:
- Viejo árbol, estás viendo un bebé humano
- ¡un bebé humano!... pues llévatelo… ¡apesta!… gruño el árbol.
- Jejeje no seas gruñón, solo está sucio y hambriento.
- ¿Porque está aquí? Pregunto el árbol al búho.
- Eso ya no importa… deberias ocuparte de él…
- Pero si no deja de llorar atraerá a las alimañas… gruño el árbol.
- ¡tendrá sed!
Y dicho esto del suelo apareció una larga raíz que se sacudió la tierra con energía… la punta de la raíz adquirió una forma de tetilla y dio de mamar al bebé…
Pero el bebé aparto la carita y lo rechazo… al parecer agua no es lo que pedía.
El árbol que además de gruñón no dispensaba paciencia, gruño de nuevo…
El búho le aconsejo que pidiese a una cierva que amamantara al bebe, y así lo hizo, una cierva y su cervatillo se acercaron, la cierva amamanto y limpio durante un largo tiempo al bebé que pronto callo sumido en un adorable sueño…
A continuación una larga rama elevo al bebé hacia la copa. El árbol pidió a unos gusanos de seda que le tejiesen un capullo alrededor de su cuerpo para protegerlo del frio… y un capullo blanco lo envolvió por completo a excepción de la carita…
Luego pidió a varias aves que fabricaran un cómodo nido para alojar al extraño y nuevo habitante del bosque… allí estaría a salvo y cómodo el bebé…
Y los días fueron pasando…
Al tercer día el olor del bebé atrajo a un joven jaguar, que subió a la alta rama…
Observo al extraño animal que había en el nido y salto sobre él… el bebé de repente destrozo el capullo, del cual salieron dos largas alas blancas que se abrieron en el último momento, elevando al bebé y alejándolo de su depredador… pero el jaguar mucho mayor y hábil… salto de nuevo y agarro de un bocado al bebé por el pie…
El bebé aunque asustado, no sufrió ningún daño... ya que la piel de su pierna se había convertido en una dura corteza… y ahí estaba el pesado jaguar colgado del aire de un extraño ser volador… cuando el bebe empezó a llorar… las lagrimas se convirtieron en cristales de ámbar afilados que se iban clavando en el cuerpo del jaguar…
El animal entre asustado y dolorido huyo del lugar…
El bebe se poso en la rama del viejo árbol, y todos los animales se precipitaron a presentar respeto a aquel extraño ser…

Habían sido participe del nacimiento del primer hombre pájaro de la historia…

Y aunque no hayamos visto nunca a ninguno… de algún lugar tendrían que salir los ángeles… ¿no?





Nota: este es con cariño para Pepa... jejeje ves como no me olvido de ti....y como tu dices, ya que lees esto antes de su publicación""" claro que la cierva adoptara al bebe,,, ¿quien si no lo amamantaría todos los días?... besos compañera

lunes, 25 de octubre de 2010

La Encina.


El árbol al que siempre iba a visitar, era una hermosa y grande encina, que crecía en una bonita plaza de mi pueblo… durante años el árbol dio sombra y cobijo a los que quisieron admirar su esplendido porte. La encina es un árbol fantástico, de gruesas hojas verdes, que adquiere un tamaño fantástico… todos los años daba un fruto hermosísimo, la bellota.
La bellota ese fruto tan curioso y que apasiona a tantos animales, me encanta porque es el fruto de la naturaleza con titulo mobiliario… pues porque si no tendría esa curiosa corona…
Cada día que podía, cada domingo. Me encanta sentarme bajo sus ramas a disfrutar de su fresca sombra mientras leía una y otra vez, viejos libros que me daban…
Me llevaba tanto tiempo allí, que iba moviéndome a la vez que la sombra se iba trasladando por el movimiento del sol… no me daba cuenta día tras día que el viejo árbol se hacía mayor como yo…
Y un día llegue y vi que apenas le quedaban ya hojas… pregunte a varios observantes que se habían reunido alrededor del árbol… y la respuesta fue que la encina había muerto…
Yo no podía creer como un árbol que tenía tanta fuerza y vigor de momento se muriese… no había avisado, no había dado señales de debilitamiento… simplemente se había ido y ¡estaba enfadado!
- ¡no pude despedirme de mi árbol preferido!-
Me senté como de costumbre bajo sus ramas y con la cabeza gacha, llore durante horas, no sé si estuve una o dos horas… ¡pero llore!… y llore porque aquel árbol era ya algo mío… como una parte de mi a la cual acaba de perder. Y hubiese estado allí mucho mas rato si algo no me hubiese golpeado la cabeza…
¡Una bellota!, una única y solitaria bellota quedaba aun en las ramas, y justo acababa de caerme encima… ¡no podía creerlo!
Llevábamos años recogiendo sus frutos y nadie había pensado guardar alguna, nadie había previsto esto y nadie había sembrado ejemplares jóvenes para sustituir a la vieja encina…
Y ahora yo tenía ese privilegio… guarde la bellota en mi bolsillo y corrí veloz a mi casa, y sembré la bellota.
En la plaza pronto sembraron otro árbol adulto… un árbol que ocupo el sitio de mi querido árbol… pero al cual yo ahora aceptaría como una etapa nueva de mi vida, un nuevo árbol al que conocer y del cual disfrutar…
Y lo disfrutare a la vez que disfruto de la joven encina que nació de la pequeña bellota… en la cual sé que renació la vieja encina en cuerpo de joven plantón, y que sembré en un lugar bonito…
Solo tuve la suerte de ver y observar como un bello ser, se regeneraba en otro ser nuevo al final de una de sus vidas.


Con mucho cariño para una chica muy especial.

viernes, 15 de octubre de 2010

La caja roja.


Pasear por una calle y mirar tiendas es algo que a todos nos gusta….Pero pasear… mirar… y llevarnos algo mucho más.



Teresa era una joven no demasiado alegre, las dificultades a las que se enfrentaba cada día… eran para Teresa escalones muy pesados de superar. De corazón puro, a veces ingenua con la vida, pero con una gran capacidad para agradar… tuvo la suerte un día de curiosear por una vieja tienda de una pequeña calle de su ciudad.
La tienda que aunque en apariencia no llamaba para nada la atención, solo destacaba porque un cartel en su puerta decía lo siguiente: -¡tengo lo que sueñas! –
Para Teresa, el ver ese cartel despertó en ella una curiosidad irrefrenable… lo que la obligo a entrar a curiosear. Cuando entro vio miles de objetos amontonados sin orden ni concierto, todo estaba amontonado en grandes estanterías y en grandes montones por cada rincón de la tienda…
Al final de ella, detrás de un pequeño mostrador, se dejaba ver una pequeña mujer, que por su aspecto bien pudiese haber sido una bruja de esas que vemos en los cuentos…
Teresa pregunto a la mujer.
- ¿es cierto que vendéis sueños?
- ¿sueños? -¡Y la mujer rio!-.
- ¡No!, no vendemos sueños jovencita, los sueños pertenecen al que sueña, yo solo vendo objetos que ayudan a conseguirlos…
Teresa que presentía, que aquello no era más que un baratillo regentado por una estafadora. Dudó entre responder o abandonar la tienda. La mujer que presintiendo la acción… corrió a intervenir…
- ¿Quieres ser guapa?, ¿quieres ser feliz?, ¿quieres conseguir todo lo que se te antoje?...
Y Teresa que aun empezaba a dudar mucho más… pregunto…
- ¿Cuánto me costaría?
- ¿Costarte?, ¿te refieres a que si debes pagar algo?… puedes pagarme cuando compruebes que no te miento.
Teresa que sin nada ya que perder… acepto que la mujer la ayudara.
La mujer entrego a Teresa tres cajas de colores diferentes. Una azul, otra roja y una verde. La mujer explico a Teresa como usarlas… le conto que en cada caja había un espejo, cada espejo tendría un efecto mágico sobre ella…
Si destapaba la caja azul… y se miraba en el espejo, el reflejo que vería de Teresa…sería la de una chica vivaz, bella y feliz… conseguiría agradar o enamorar a cualquier persona, sería muy feliz y todo a su alrededor se contagiaría de su felicidad…
En la caja verde, había un espejo cuyo reflejo, dejaba ver a una Teresa inteligente, cualquier obstáculo o cosa que se propusiese… no sería problema para conseguirlo o solucionarlo.
Y en la caja roja… había un espejo que dejaba ver a la autentica Teresa…
Cada mañana Teresa destaparía la caja deseada, se miraría en el espejo, y bajo ninguna condición destaparía más de una caja a la vez.
Así fue que Teresa se marcho a su casa con sus tres cajas mágicas. No tardo el primer día, en precipitarse sobre la caja azul… tenía un examen y apenas se había preparado. Se miro y ¡se vio inteligente!
No podía creerlo cuando supo que lo había aprobado.
Utilizo cada mañana la caja azul o verde según necesidad… consiguió aprobar exámenes tras exámenes, sacarse la carrera, consiguió enamorar a ese chico al que tanto deseaba. Consiguió disfrutar de cada día, aun mas que el anterior. Consiguió el mejor trabajo, consiguió cada cosa que se propuso… se caso y al poco ya disfrutaba de un lindo bebe…
Y así pasaron los años para Teresa. Una vida infinitamente feliz la que disfrutaba… y ya hacía años que se había olvidado de la tercera caja… ”La roja”
Entonces con todo lo que ya podía imaginar conseguido, quiso destapar la caja roja por primera vez en todo aquel tiempo…
Cuando saco el espejo y lo miro… vio una nota pegada al cristal que rezaba:
-Ha sido un placer engañarte, y espero que me perdones por ello…pero lo hice porque te merecías todo lo que tú tienes ahora –

Teresa apenada recordó que había olvidado pagar a aquella extraña mujer… y aunque volvió a saldar su deuda, en aquel lugar ya nadie recordaba ninguna tienda como la que Teresa describía…



Puede ser que una vieja bruja recorra el mundo ayudando a la gente de buen corazón…
También puede ser que solo a las personas de buen corazón… se las pueda engañar…
Pero también puede ser que cualquiera de nosotros… solo engañados creamos lo bueno que somos…
Para Tere con mucho cariño en el día de tu santo…

martes, 12 de octubre de 2010

La tarta de Natalia.


Es curioso cómo, cada año decimos que no vamos a celebrar nuestro cumpleaños… y aunque lo repetimos insistentemente lo deseamos del mismo modo.
Todos deseamos soplar las velas rodeados de amigos y seres queridos…
Todos deseamos que la persona amada nos sorprenda con un regalo sorpresa o una fiesta…
Además de recoger abrazos y felicitaciones de los amigos… cuando un amigo se acuerda de tu cumpleaños… es como si algo en ti renaciese…
Pero generalmente anhelamos algo,… que generalmente no se cumple….
Y es que al final, no lo celebramos como cuando éramos jóvenes, no llamamos a los seres querido para reunirlos, no los invitamos a pasar algunas horas juntos, y lo peor es que olvidamos los cumpleaños de los demás… provocando de una manera del todo consciente o inconsciente un mal…en los corazones de nuestros seres queridos.
Yo… soy de los que me apasionan los cumpleaños… la tarta, compartirla, las fotos para el recuerdo, el deseo… y como no escuchar el asíncrono y desafinado cantar de los demás…
Para mí, más que la fiesta, es el poder disfrutar de una rato rodeado de amigos y siempre lo celebro en casa y si coincide en día laboral también en el trabajo…
La historia que os voy a contar trata de una chica, joven de alma y de espíritu, una persona posiblemente como tu…


Natalia contaba los días que quedaban para su cumpleaños con una ilusión desmesurada…
Era tanta la ilusión, que los días previos apenas dormía…
Soñaba con que regalos recibiría, que sorpresas tendría, y como seria su pastel…
Cosas que cualquier niño desea… y deseo que para nuestra pequeña Natalia, no se cumplirían.
-La suerte que algunos tenemos y que no valoramos, la desean millones de niños en este mundo…-
Nuestra pequeña Natalia… ¡despertó!
Era su día, hoy era el día de su cumpleaños… corrió a vestirse…
Bajo a la cocina, y busco entre los cacharro de su madre, un cazo plateado, que brillaba, estaba semi nuevo… y corrió de nuevo a su cuarto.
Acomodo la cacerola boca abajo en una pequeña mesa y saco del cajón de su cómoda… unas pocas velas de colores y varias cerillas…
Acomodo alrededor de la mesita a dos muñecos, un oso y otro peluche que no sabría decir que era.
Cuando todos estaban acomodados, la anfitriona encendió las velas y sirvió unas ficticias tazas de té… y con tanta emoción como el acto exigía… ¡soplo las velas!
Y las risas de Natalia, se escuchaban por todas partes…
Sus padres que la observaban escondidos desde la puerta, no podían dejar de llorar… las lágrimas les recorrían amargamente sus rostros…


No sé si sus padres se perdonaron algún día, el no haber celebrado aquel día el cumpleaños de su querida hija… lo que si se, es que a partir de ese día, nada podría evitar que Natalia tuviese su cumpleaños.


Nota : Esta historia está dedicada a mi amiga Nata, en el día de su cumple…Para que cumpla muchos años más y que no olvide lo importante que es celebrar y que te celebren los cumples. Un beso muy fuerte Natalia Chada.
Esta historia está basada en un hecho real.

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