viernes, 15 de octubre de 2010

La caja roja.


Pasear por una calle y mirar tiendas es algo que a todos nos gusta….Pero pasear… mirar… y llevarnos algo mucho más.



Teresa era una joven no demasiado alegre, las dificultades a las que se enfrentaba cada día… eran para Teresa escalones muy pesados de superar. De corazón puro, a veces ingenua con la vida, pero con una gran capacidad para agradar… tuvo la suerte un día de curiosear por una vieja tienda de una pequeña calle de su ciudad.
La tienda que aunque en apariencia no llamaba para nada la atención, solo destacaba porque un cartel en su puerta decía lo siguiente: -¡tengo lo que sueñas! –
Para Teresa, el ver ese cartel despertó en ella una curiosidad irrefrenable… lo que la obligo a entrar a curiosear. Cuando entro vio miles de objetos amontonados sin orden ni concierto, todo estaba amontonado en grandes estanterías y en grandes montones por cada rincón de la tienda…
Al final de ella, detrás de un pequeño mostrador, se dejaba ver una pequeña mujer, que por su aspecto bien pudiese haber sido una bruja de esas que vemos en los cuentos…
Teresa pregunto a la mujer.
- ¿es cierto que vendéis sueños?
- ¿sueños? -¡Y la mujer rio!-.
- ¡No!, no vendemos sueños jovencita, los sueños pertenecen al que sueña, yo solo vendo objetos que ayudan a conseguirlos…
Teresa que presentía, que aquello no era más que un baratillo regentado por una estafadora. Dudó entre responder o abandonar la tienda. La mujer que presintiendo la acción… corrió a intervenir…
- ¿Quieres ser guapa?, ¿quieres ser feliz?, ¿quieres conseguir todo lo que se te antoje?...
Y Teresa que aun empezaba a dudar mucho más… pregunto…
- ¿Cuánto me costaría?
- ¿Costarte?, ¿te refieres a que si debes pagar algo?… puedes pagarme cuando compruebes que no te miento.
Teresa que sin nada ya que perder… acepto que la mujer la ayudara.
La mujer entrego a Teresa tres cajas de colores diferentes. Una azul, otra roja y una verde. La mujer explico a Teresa como usarlas… le conto que en cada caja había un espejo, cada espejo tendría un efecto mágico sobre ella…
Si destapaba la caja azul… y se miraba en el espejo, el reflejo que vería de Teresa…sería la de una chica vivaz, bella y feliz… conseguiría agradar o enamorar a cualquier persona, sería muy feliz y todo a su alrededor se contagiaría de su felicidad…
En la caja verde, había un espejo cuyo reflejo, dejaba ver a una Teresa inteligente, cualquier obstáculo o cosa que se propusiese… no sería problema para conseguirlo o solucionarlo.
Y en la caja roja… había un espejo que dejaba ver a la autentica Teresa…
Cada mañana Teresa destaparía la caja deseada, se miraría en el espejo, y bajo ninguna condición destaparía más de una caja a la vez.
Así fue que Teresa se marcho a su casa con sus tres cajas mágicas. No tardo el primer día, en precipitarse sobre la caja azul… tenía un examen y apenas se había preparado. Se miro y ¡se vio inteligente!
No podía creerlo cuando supo que lo había aprobado.
Utilizo cada mañana la caja azul o verde según necesidad… consiguió aprobar exámenes tras exámenes, sacarse la carrera, consiguió enamorar a ese chico al que tanto deseaba. Consiguió disfrutar de cada día, aun mas que el anterior. Consiguió el mejor trabajo, consiguió cada cosa que se propuso… se caso y al poco ya disfrutaba de un lindo bebe…
Y así pasaron los años para Teresa. Una vida infinitamente feliz la que disfrutaba… y ya hacía años que se había olvidado de la tercera caja… ”La roja”
Entonces con todo lo que ya podía imaginar conseguido, quiso destapar la caja roja por primera vez en todo aquel tiempo…
Cuando saco el espejo y lo miro… vio una nota pegada al cristal que rezaba:
-Ha sido un placer engañarte, y espero que me perdones por ello…pero lo hice porque te merecías todo lo que tú tienes ahora –

Teresa apenada recordó que había olvidado pagar a aquella extraña mujer… y aunque volvió a saldar su deuda, en aquel lugar ya nadie recordaba ninguna tienda como la que Teresa describía…



Puede ser que una vieja bruja recorra el mundo ayudando a la gente de buen corazón…
También puede ser que solo a las personas de buen corazón… se las pueda engañar…
Pero también puede ser que cualquiera de nosotros… solo engañados creamos lo bueno que somos…
Para Tere con mucho cariño en el día de tu santo…

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