lunes, 20 de diciembre de 2010

Veinte años y una semana después. (III parte)


Hoy al despertar solo he visto destrucción a mí alrededor, todo está destrozado.
En el suelo se amontonan cientos de cosas y objetos.
Cosas hechas pedazos, girones, cosas que ahora aparecen minúsculas porque han sido reducidas a la minina porción posible de una manera obsesiva.
Cosas que amontonadas hacen mi caminar pesado y torpe, al tener que esquivar tanta destrucción.
Miro asombrado los restos de la tormenta. Durante días mi corazón ha hecho azotar cada cimiento de mi vida… destruyendo cada capa, cada muralla, cada alambrada, cada torre que armadas de soldados furiosos rechazaron durante años los intentos de acceder a un corazón que escondido y olvidado dentro de una burbuja hermética, creía ya muerto en un lugar imposible de acceder.
La tormenta me ha cogido tan de sorpresa que no me dio tiempo a preparar una defensa aun más fuerte. Pero una defensa aun mejor no hubiese servido para nada… pues la traición me vino del mismo interior.
Fue mi corazón quien se rebeló contra mí. Se rebeló enfurecido por ser prisionero de una mente inquieta, apática, melancólica y desagradecida… una mente que ahora no solo no ha perdido la batalla, sino la guerra…
Cuando solo me he dedicado a andar unos minutos en este desastre, me he caído rendido en un montículo. ¡Quiero pensar!, necesito pensar y analizar este desastre…
Claro está que llorar no vale para nada, pues no puedo luchar contra mí. Pero aun así he derramado mil lágrimas de dolor… por perder algo tan estúpido como lo que había construido a mí alrededor. Y donde me sentía seguro de la vida y de los demás…
Mi corazón emocionado aun no sabe, que quien lo despertó, ya no existe… no sé cuando se lo diré ni como se lo diré… ¿tampoco sé como reaccionara?, ¿ni como se lo tomará?… pero lo conozco muy bien y juntos volveremos a superar cualquier obstáculo, incluyendo este escollo es nuestra vida que el dichoso destino provoco, y que al menos ha conseguido que mi corazón y mi mente vuelvan a ser amigos….
Ya solo me queda volver a construir un hogar para ellos… un lugar bonito que construiré con solo una valla a su alrededor… una valla blanca y baja, adornada por bellas flores que cualquiera pueda tener la oportunidad de admirar y ver quien se esconde en su interior.
La llave de la puerta solo la tiene una persona, una persona que ya no existe y que dudo mucho que pueda devolvérmela ya… así que de momento construiré otra justo al lado sin cerrojo. Para quien desee visitar mi hogar pueda hacerlo… puerta que quedara supongo abierta mientras viva, y que solo mantendré hasta ese momento fatídico. Ya que luego solo quedara mi puerta, mi querida puerta… y entonces cuando volvamos a encontrarnos en otra vida, la dueña de la llave podrá usarla y podrá ser todo lo feliz que el destino le negó.




Estos tres escritos están dedicado a ella… están escritos con mucho cariño y con el corazón… ojala te gusten tanto como a mi… un millón de besos querida amiga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Datos personales

Mi foto
Puerto Real, Cadiz, Spain