viernes, 19 de febrero de 2010

El miedo y la lealtad....dan como resultado la Estupidez



Todos sabemos lo que es el miedo, no voy a explicároslo.
Lo único es contaros una anécdota juvenil, una de esas que os gustan tanto.
Durante esos años salíamos cada día, daba igual que fuese martes, o sábado. El botellón estaba mal visto, solo alguno se atrevían a ir al parque, refugio de fumetas y litroneros.
El grupo formado en mayoría por solteros y alguna que otra pareja, estábamos muy unidos. En esos años, todos nos reuníamos en un determinado lugar, miles de personas, nos apelotanabamos en poquísimos metros cuadrados, repartidos entre la intersección de varias calles, presidido por un bar, de reconocida fama.
Como cada noche, la animadas charlas, se mezclaban, con bromas y alcohol, discusiones y alcohol, risas y alcohol, y todo era felicidad.
El grupo a veces de veinte personas, amigos de toda la vida, solo tenía un punto débil. Las mujeres.
No sé si fue la indumentaria, la marginalidad de los grupos heavy, pero para acercarse a quince tíos con chupas de cuero, y greñas había que pensárselo dos veces. Así que ya sabéis el éxito que teníamos.
Aunque era solo fachada, la mitad se sacaba una carrera y la otra mitad ya trabajaba. Y yo no estaba ni en una ni en otra.
De la mil y una historias que podría contar, me centrare en una que me dejaría chafado para mucho... mucho tiempo.
Una noche, cuatro chicas amigas de un compañero, salieron con nosotros. Eso traería consecuencias a corto y largo plazo. Al principio todos con demasiado temor, apenas hablaban. Para mí eso no fue problemas, pues hablo por los codos y rápidamente me situé en una posición aventajada.
Eso traería aun más inconveniente. A la siguiente semana, las tornas habían cambiado, a cada paso todos nos sentíamos mas relajados y cada cual sacaba su plumaje más impresionante para impresionar a lo que en ese momento eran...posiblemente los mejores objetivos a la vista.
En este momento se despertó entre los amigos más inseparable del mundo, sentimientos contradictorios. Cada cual atacaba al de al lado, en un intento ruin de obtener una posición mas privilegiada.
Realmente, no estaba interesada en ninguna, pero había una chica que me gustaba, hable y reí tanto con ella, que supongo que mas que ella, me gusto su personalidad. Y lo pasaba genial con ella.
Creo que salieron con nosotros en navidad la primera vez y estos hechos, que ahora resumiré pasaron justo una semana antes de carnaval. No podre olvidarlo.
Total, esa noche, ya teníamos listo y decidido todo para hacernos los disfraces, estábamos en un bar. Cuando para mi paso algo demasiado humillante, esta chica se me acerco y me dijo: que si quería tomar algo, solo tenía que decírselo, (ella acomodada social) y yo sin trabajo y sin dos duros en el bolsillo, -ni siquiera hubiese podida invitarla yo a ella-. En esa época yo salía solo con 300 ptas. Ese era mi presupuesto.
Supongo que algún avispado amigo, habría dejado caer mi situación económica por descuido, además ya llevaría tras de mi supongo, algún puñal que otro imagino clavado en mi espalda. Recuerdo las burlas, ¿me se tuvo que poner una cara?, yo solo miraba alrededor y veía como se reían...y decline amablemente la invitación y poco mas, ¡me sentí tan humillado! Supongo que la chica lo hizo con buena intención, pero yo como un joven que era, me cayo muy mal, demasiado.
En esa época, tenia cientos de amigo, la noche de carnaval, íbamos todos disfrazados iguales, yo no dije nada pero pase toda la noche, apartado. Fui de grupo en grupo para evitar estar con mis amigos, estaba muy molesto. Esa misma noche, después de varias horas, que me pase con otra gente, me encontraron en medio de la plaza Jesús, y me tuve que unir a ellos de nuevo. El alcohol hace aun más gallitos a determinadas personas y pase una noche de burlas y bromas hacia mí, que se suponía que ellos entendían que divertían a ellas.
Aguante como pude.
Va esa noche esa chica se enrollo con un amigo. Ya me daba igual todo la verdad.
La relación se formo, y durante meses los veía abrazarse y besarse.
De veras que no me molestaba, ella me gustaba, pero era más feliz con el hecho de que no perdí nada, al revés gane más. Pues esa chica se me pegaba cada noche, y se pasaba horas conversando conmigo.
Yo siempre he sido bastante hablador y moderado bebedor, con lo que ofrecía una compañía estupenda. A los meses, empezaron a surgir varios problemas en la pareja. Yo no sé que hacían entre semana, pero lo que era el finde si. Cuando presencie la primera pelea, comprendí, que mi presencia, no les ayudaba. Con lo que empecé a esquivarlos, y entretenerme en otros grupos, igual estaba a diez metros o simplemente me iba a otro sitio.
El problema de puerto real, es que es tan chico, que te encuentras con cualquiera veinte veces si no quieres.
El 13 de junio, era mi santo. Y esa noche, ella hizo una cosa que dejo a muchos con la boca abierta, incluyéndome a mí y al novio claro esta...
En medio de la noche saco un regalo, era pequeño, del tamaño de una caja de cerillas grandes, y estaba envuelto. Yo no sabía si era una broma, pero lo cogí y lo guarde, avergonzado. Ella exclamo ¿pero no lo vas a abrir?
Y claro está, lo abrí, era un bonito mechero con un grabado de un cuadro de Van Gohg, tipo zippo. Posiblemente caro. Yo fumaba, la verdad y no era mal regalo. Le di las gracias y me escabullí en cuanto pude de la tensa situación.
Esa noche al final cuando solo quedábamos unos pocos, comentamos el hecho y me dijeron de todo, pero yo solo pensaba que estaba mal.
Cuando coincidí, con mi amigo, "el novio". Le pedí disculpas y le dije que sentía si le había molestado, pero que no pensara nada extraño, que no tenía ni la menor idea de que me fuese a regalar nada. El apenas me presto atención, luego solo me comento que parecía ser que no les iba bien, había un pequeño problema de comunicación. El reservado y poco hablador, no llegaba supongo a conectar con una chica tan vivaz.
Me sentía mal, yo nunca traicionaría a un amigo, y les hice un vacio aun más grande. Al poco rompieron la relación, y todo volvió a su lugar.
Años después, volvimos a coincidir, nos veíamos en algunos lugares. Y retomamos la amistad. Incluso el, ya tenía otra novia.
Pero hice mal, como sabían muchos, mi interés por ella, solo recibía advertencia, sobre el ridículo que haría y lo mal que quedaría.
Y me forje una idea de inferioridad, que me obsesiono tanto, que aun hoy no sé si fue eso, la lealtad a mi amigo o simplemente el hecho de que fui un cobarde, pero nunca fui capaz de expresarles mis sentimientos.
Nos vemos a veces por el pueblo, y somos muy buenos amigos.



Supongo que mi cobardía, y mi obsesión de creer que no podría hacerla feliz, ha impedido que sepa nunca, el motivo de su simpatía hacia mí.


Nota: para nada quiero dar una imagen trágica... estas cosas son las que han forjado mi personalidad y mi vida. Estoy bastante contento de haber vivido tantas cosas. Saludos a todos, y espero que os guste.

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