domingo, 27 de marzo de 2011

La lagartija.



Es curioso como las más bellas historias de desamor son las que menos conocemos, conozco una historia que ocurrió un bonito verano, en una charca no más grande de las que podéis tener vosotros en vuestros jardines…
La charca era un lugar ideal para vivir, cuidada y limpia, los seres que allí vivían lo hacían en las mejores condiciones posibles que cualquier bichito pudiese imaginar…
Todo parecía ir bien en principio… aunque una pequeña ranita esperaba impaciente en una hoja flotante la llegada de algún bello ejemplar de ranita hembra a la que cortejar…
Las ranitas por una u otra razón pasaban de largo sin percatarse de la presencia de la pequeña rana, y las que se percataban rechazaban a aquella ranita por razones que el ignoraba y que cada vez mas mermaban las esperanzas de encontrar a una compañera…
Pasaron tantos días que llego la primavera y luego el verano….
Luego el otoño y también nuevamente el invierno… y la rana seguía sola en aquella dichosa hoja flotando en una mar de esperanzas rotas…
Un día una lagartija se acerco a la planta y salto sobre la hoja. La rana indiferente miro a la lagartija y siguió oteando cualquier movimiento en la charca… la lagartija se presento y le pregunto si podía acompañarlo… la rana miro indiferente a la lagartija y no mostro ninguna señal se aprobación o desaprobación, con lo cual la lagartija se acomodó junto a la rana.
Paso un día, otro y durante la primera semana la rana escuchaba inmóvil e impasible como la lagartija hablaba y hablaba, de aquello y de lo otro, de tal y de cual… y así paso tanto tiempo que la rana cada vez más se extrañaba de la diligencia de la lagartija mostraba en acompañarlo en tan desesperante empresa…
Un día la rana… le dijo: ¿tú sabes lagartija que es lo que yo hago aquí?
La lagartija algo apenada contesto que si… y que eso no era impedimento para que mientras ese momento llegara, ella no pudiese disfrutar de la compañía de aquella ranita tan singular, que tanto le gustaba. Y así continuo siendo.
La rana cada vez mas preocupada por la lagartija empezó a distraerse de su objetivo mas y mas… y aunque se divertía escuchando las cosas de la lagartija, en el fondo creía que hacia un mal… y un día temiendo que la lagartija sufriera. Decidió aclararle la realidad a la lagartija temiendo un mal mayor.
La lagartija estuvo mal varios días, no entendía por qué la ranita la rechazaba… y más cuando ella solo se ofreció a acompañar a la ranita en su soledad…
La lagartija no entendía como la ranita sufría por creer que podría llegar a hacer daño a alguien tan noble que, en definitiva era el único ser que se había preocupado por él, y demostrado un afecto desinteresado…
La rana estaba confusa y ahora tenía dos ocupaciones, la búsqueda de lo que creía necesitar y la compañía de la lagartija.
Y así paso mucho tiempo, la escena de la lagartija y la rana juntos en la hoja, levantaba polémica como era normal, pero los amigos ignoraban cualquier prejuicio o cotilleo… y se dedicaron a charlar animadamente cada día…
La rana recupero la sonrisa y empezaron a divertirse juntos.
La rana cada vez más se sentía muy a gusto junto a la lagartija y aunque un amor entre una rana y una lagartija era imposible, si la rana… empezó a notar el calor del cariño y los afectos de alguien. Algo a lo que el destino de momento le había negado…
Como era posible que ninguna rana pudiese parecerse a la querida lagartija…eso empezaba a atormentar a la pobre ranita.
El inevitable destino hizo que un día la lagartija se despidiese de la rana… aunque la despedida no era para siempre… si ella decidió buscar una hoja diferente… supongo que la compañía de una lagartija era mucho mejor que la de la infructuosa rana.
Y así un día, como al principio de nuestra historia la rana volvió a estar sola en la hoja flotando en aquel bello estanque… cuyas aguas resultaron ser, no más que las lagrimas de aquella pobre rana condenada a una espera interminable…





Dedicado a la lagartija por el tiempo que me acompaño.Y a la que quiero mucho.



Hay gente que querrá saber cómo sufrió al final la rana la perdida de la lagartija… pues no muy bien…

miércoles, 23 de marzo de 2011

Es primavera.




Es primavera… y como cada año los síntomas alérgicos me hacen ponerme de mal humor y con una sensación de agotamiento físico más acuciado de lo normal. La llamada y tan temida astenia primaveral.
La cabeza me agobia con migrañas y un descontento general invade mi cuerpo.
Ya hace días que me preguntan qué me pasa… y aun no sabía muy bien que contestar realmente. Así que después de darle algunas vueltas a la cabeza me puesto a hurgar cual podía ser realmente el motivo de mi mal humor, no podía ser solo la llegada de la primavera.
El resultado de mi deliberación, llevada a cabo en mi parque como es normal, mientras paseo a mi perro absorto en mis problemas ha sido: ¡que me he vuelto egoísta!
La gente que me conoce no querrá creerlo… pero es así. He decidido ser egoísta por voluntad propia… y por una razón creo más que justificada…
Durante mi vida, me puesto a recuperar recuerdos en mis relaciones anteriores, las cuales pues no han sido demasiadas… y no he podido encontrar un cariñoso recuerdo en ellas. No recuerdo besos que no pidiese, no recuerdo abrazos que no pidiese, no recuerdos caricias voluntarias y no recuerdos recibir lo que yo tanto di.
No recuerdo tumbarme en el sofá agotado de trabajar y que nadie me dijese… ¿un mal día?
No recuerdo una fiesta de cumpleaños sorpresa…bueno no recuerdo ni siquiera que me regalasen nada…
No recuerdo que nadie me estrechara entre sus brazos simplemente para tenerme.
En fin veo a mí alrededor cosas que están despertando en mí una envidia que nunca había creído que pudiese llegar a tener.
La verdad, es que si mis relaciones han sido así de frías… en su parte es porque yo las consentí. No puedo culpar a ellas de algo que no podían dar, o cambiarlas de ser, simplemente en ese tiempo no necesitaba ser querido y ahora si…
Así que viendo que quiero ser como los demás, me vuelto egoísta y pretendo encontrar a alguien que me cuide, alguien que me mime, alguien que me llame al trabajo para decirme que me quiere, alguien que se tumbe conmigo en el sofá cada noche a ver la tele mientras me acaricia el pelo, alguien que al despertar solo piense en mi, alguien que el regalo mas bueno del mundo sea poco para mi…. Alguien en definitiva no solo que me quiera, sino que me admire y me aprecie. Alguien que la vida sin mí fuese imposible de llevar, alguien en definitiva que haga lo mismo que yo por ella.
Si yo doy la vida por ella…
Supongo que… ¿no es pedir demasiado?

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