viernes, 26 de noviembre de 2010

Los ojos del corazón.


“Lo bueno de tener una mente inquieta es que cada día tengo que ordenar miles de ideas en mi cabeza. Lo que me irrita es que muchas de las veces no son del todo como yo desearía. A veces me asaltan pensamientos negativos… un día me veo feo… otro día me veo gordo…otras veces pienso que fracase en la vida… y muchas otras cosas así. Luego, otro día veo el mundo diferente…”

Ayer frente al espejo, hice lo que todos hacemos con mayor o menor frecuencia. Y Es observarme. ¿Por qué nos miramos?, ¿Es que a caso no nos conocemos?... la razón sea cual sea, hace que nos observemos cada detalle…
Cuando racionalmente me pare a pensar, no sabía dar una explicación científica del porque me estaba mirando tanto en el espejo, no creáis que era coquetería… simplemente me observaba.
Yo siempre me he preguntado cómo nos verán los demás… ¿se fijaran en la manchas de mi rostro?.... o por el contario buscaran mis partes asimétricas… ¿tendré unos ojos bonitos? o simplemente mi nariz resulta más larga de lo normal…
Cantidad de preguntas me asaltaban… en definitiva tenemos grabada en la mente una imagen de nosotros que no es real… y digo “no es real”, porque nos vemos al revés de cómo nos ve el mundo… y de eso tiene la culpa el espejo. Creo que cuando nos vemos en fotografías, rápidamente notamos la diferencia…el rostro humano es mayoritariamente asimétrico, y nuestro cerebro que tiene grabado los puntos destacados que ve en el espejo, no sabe situarlos con la rapidez necesaria en la fotografía, por eso creo que es una razón por la cual no nos gustamos en las fotos… sin embargo cuando vemos la de nuestros amigos, nuestro cerebro no reacciona, ya que la imagen que ve concuerda con nuestro recuerdo…
Bueno… como iba diciendo siempre nos preguntamos cómo nos veran los demás… y pensaba como seria si pudiese saberlo… pero eso sería catastrófico para cualquiera… si supiéramos que piensan los demás de nosotros, podríamos hundirnos en un plis ´plas´ y digo esto porque la verdad no nos gustaría.



Cuando Teresa regresaba de la escuela… siempre intentaba volver lo más rápido posible… ella no era como las demás niñas, no se quedaba jugando en el parque, o tampoco tiraba piedras al estanque ni cualquier otra cosa normal que los demás niños hiciesen al salir de clase.
Teresa temía las burlas de sus compañeros. Teresa era una niña preciosa, dos largas coletas rojas le colgaban a ambos lados de la cabeza, unas pecas minúsculas decoraban sus mejillas y unos ojos claros preciosos brillaban como soles…
Claro está que para las demás niñas estas cosas más le provocaban unas risas que una admiración.
Y Teresa cada día debía soportar las burlas de sus compañeras sobre su pelo… sobre sus pecas… sobre su timidez… y sobre cualquier cosa normal, que ellas hacían que se viese como algo malo.
Cuando a Teresa tuvieron que ponerle unas gafas para que viese mejor… ella sabía que eso significaría su completo rechazo social… y así fue… las burlas se multiplicaron.
Para Teresa ya nada sería igual, empezó a hacerse una imagen equivocada de la realidad, posiblemente ella veía una caricatura de sí misma… y eso provoco que se recogiese sobre sí misma. Cualquier visita, tienda que visitaba, lugar al que iba… Teresa no podía evitar mantener la cabeza gacha en un intento de esconder lo que para ella, ya era una realidad…
Y tuvo que pasar mucho tiempo para que Teresa fuese cogiendo cada vez más confianza en sí misma y olvidando muchos de esos complejos. Aunque los años pasaron, un recuerdo de su juventud perduraba aun en su cerebro… y cada cierto tiempo le asaltaban ideas negativas. Cada nueva amistad era una incertidumbre sobre si sería rechazada o no.
Pero Teresa fue descubriendo algo que le resulto maravilloso, fue notando como los niños, aquellos pequeños monstruos que en su infancia la martirizaron, ahora se desvivían por verla.
Empezó a descubrir como los niños la querían de una manera especial, su simpatía, su agrado, sus atenciones hacia ellos la habían convertido en la chica preferida por todos los niños…
Sus atenciones y sus regalos le habían grajeado su amistad y ahora era raro el niño que no deseaba visitar la tienda de Teresa, para ganarse un caramelito o un regalito… y aunque Teresa sabía que en parte debía el éxito a las golosinas… el calor que proporciona el cariño de un niño para ella suplía cualquier cosa pasada.



Cuando ayer cogí a mi sobrino en brazos, el cual pataleaba al verme por soltarse de los brazos de su madre para que lo cogiese yo… por dentro me moría de emoción. El niño entonces empezó a jugar con mi cara, primero la barba, luego la oreja, luego me agarro la nariz… y mientras yo me río por lo que él hace, el se ríe a carcajadas igual, y me regala unos besos que apenas sabe dar, pero que consisten en dejarme la cara llena de babas mientras el se ríe… Aunque mis sobrinos son aun muy pequeños y no saben ni hablar ni andar, no me cabe la menor duda de que cuando puedan … me dirán lo mucho que me quieren… entonces comprenderé… que los que ven con los ojos del corazón… son mucho más importante que los que solo ven con los ojos normales.

lunes, 8 de noviembre de 2010

La bella y la bestia.


La bella y la bestia…
“Aunque la comparación resulte exagerada, así es como me sentía al principio… Puede resultar poco acertada incluso alguien diría que equivocada pero cuando una chica joven y hermosísima te invita a salir una noche a cenar y al cine... no te queda más remedio que pellizcarte varias veces para despertar del sueño…”



El joven pasaba cada día por delante del comercio donde ella trabajaba, camino del café de cada mañana...
Hasta ahora no se había fijado en exceso en la chica de la tienda de al lado… joven y guapa, era una candidata perfecta para pasar de alguien como él…
Pero la buena voluntad del joven en varias ocasiones prestando una ayuda desinteresada, provoco una frágil amistad…
Amistad que se limitaba a un saludo de cortesía cada mañana, un breve saludo cuando el joven caminaba hacia el bar donde recogía el café de cada mañana…
En un principio como era normal… bastaba con el saludo, pero el joven cada día se mostraba cada vez más intrigado por la joven de aquella tienda…
Un día la vio leer… ¡leer! Dios mío que sorpresa, si la chica lee. El joven no podía creerlo… "joven, guapa y culta…" había algo que no le encajaba…
Y así sacando una inesperada valentía, un día no pudo resistir pararse a hablar con ella, y preguntarle por la lectura que la entretenía…
El libro al fin y al cabo era lo de menos, lo importante era que había encontrado alguien afín, algo en común, alguien con quien hablar de un tema que le encantaba… una oportunidad de conocer a aquella muchacha. Y así fue como comenzó todo.
Hablaron de este libro, comentaron aquel, él le dejo este y ella le dejo aquel.
Para él fue una sorpresa, esa chica tan guapa… se le antojaba lejísimos, a alguien como él...
Empezó a congeniar en multitud de cosas con ella. Y cada día en las breves conversaciones de minutos que mantenían ambos, descubrían cosas el uno del otro que sorprendían a cada cual.
El joven empezó a coger seguridad cada vez más en sí mismo, y confesó a la chica una de sus aficiones… era increíble como ella demostró un interés inusual por los escritos del joven… era una de las pocos personas que no se rieron de él…
Aunque no le reprochó nada a nadie, porque él fue el primero en estereotipar a la chica por ser bella… ahora se lamenta de haberla etiquetada de algo que para nada era real… pues a descubierto que bajo esa bonita fachada, se esconde alguien sensible, delicado, inteligente, soñador… una persona maravillosa que salta de alegría cuando recibía el más mínimo detalle… un regalo simple… algo que le costaba a él apenas nada de nada, lo recibía como un tesoro…
La oportunidad que ofrece internet sirvió para que la relación avanzara, ya que los pocos minutos al día de que disponían, se hacían cada vez más insuficientes… así que internet propicio que los amigos estuvieran aun mas unidos.
Lo mejor de todo es que pronto se hicieron confidentes mutuos… se convirtieron en buenos amigos y ambos se ayudaban y aconsejaban mutuamente.
No es de extrañar que cuando ella acabo con su relación… pensara en invitarlo… era la oportunidad de conversar por fin sin interrupciones y largo y tendido…
Para el chico bastante tímido…la noticia le sobresalto al principio… él hacía años que no salía con nadie… y había ya olvidado cómo debía actuar… así que después de no dormir esa noche, decidió que sería tal cual era en realidad, no debía aparentar nada que no fuese, ella ya lo apreciaba, y no había porque temer nada…
Así que se limito a ser él mismo… y disfruto de la compañía de ella…
La noche para el joven fue muy especial… algo que no olvidaría en toda su vida…





La vida a veces une a personas muy dispares, gente que parecen de mundos diferentes, personas que la sociedad de por si no uniría… los prejuicios hacia los demás hacen que no lleguemos a conocer gente, que te pueden llenar el alma de alegría. Gente que cuando las conoces ya no las puedes olvidar… no seáis bobos y dar siempre la oportunidad a la gente de darse a conocer, no rechacéis a nadie, por su profesión, ni por sus ingresos, ni por sus creencias y mucho menos por la belleza. La vida está llena de gente maravillosa. Y es algo que el chico agradece a la chica en esta historia...

“Aunque nuestro joven es ahora más feliz que nunca… sabe que hay gente que no entiende ni entenderán nunca la amistad entre un hombre y una mujer… yo no soy como ellos, ¡y eso me alegra…!. Y os digo que penséis lo que penséis, se de buena tinta que es el joven el que disfruta por ello de la amistad y de esos minutos en la puerta de aquella tienda a diario, en compañía de la joven”

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